¿Han tocado techo las redes sociales? De un tiempo a esta parte, muchos usuarios navegan por sus feeds con una sensación similar: siempre se encuentran con lo mismo. Los estereotipos como la falsa apariencia de felicidad permanente, los bulos, la comida, los gatos o la exaltación de la amistad se suceden foto tras foto, presentadas siempre en formatos idénticos, y muchos fieles usuarios empiezan a buscar más allá. En este contexto, como de la nada, surge Vero: así es la nueva red social que capta la atención del mundo digital.
En un panorama dominado por la hegemonía indiscutible de Facebook, que también controla a los cientos de millones de usuarios de Instagram, los outsiders siempre se han encontrado con dificultades de crecimiento. Twitter empieza a ver pequeños brotes verdes tras una casi eterna travesía por el desierto, Reddit tiene un público fiel pero le cuesta internacionalizarse y Snapchat sigue sin despegar tras la expectación creada con su salida a bolsa.
¿Tienen cabida más redes sociales?
Cuando parece que los miles de millones de personas que casi diariamente se conectan a alguna red social ya no tienen más variedad ni mercado donde mirar, de pronto se pone el foco en Vero: una plataforma que llevaba años online, sin apenas trascendencia, y que ha aumentado en millones de usuarios su número de registros prácticamente de la noche a la mañana.
A diferencia de algunos de sus competidores, o de los ilustres proyectos que –al estilo Hawkers– nacieron prácticamente en un garaje, Vero no surge de la nada. Ayman Hariri, multimillonario hijo de un ex primer ministro de Líbano acusado de corrupción, está entre su terna de fundadores y ejerce como CEO de una compañía que no ha nacido y crecido por un camino improvisado, sino que sigue una marcada estrategia de crecimiento con la que captar, en la medida de lo posible, la máxima cuota de mercado que pueda.
El manifiesto Vero: ¿Qué la hace diferente?
En la página web de Vero, la propia red social publica un manifiesto en el que presenta sus valores y elementos diferenciales. En él, aseguran que las grandes redes sociales a nivel mundial han antepuesto sus propios intereses a los de los usuarios, algo que en Vero no ocurriría.
Una red social, como aseguran, que permite a los usuarios ser ellos mismos, elegir qué comparten con quién y, además, no ser necesariamente amigo de toda aquella persona con la que conecten: tal y como ocurre en la vida real, hay distintos grados de vinculación entre personas, y esos grados pueden implicar un acceso mayor o menor a la información de cada usuario.
Su negocio de modelo, tal como reconocen, se basa en las suscripciones. Los escándalos de filtrado de datos y de violación de privacidad de los usuarios quedarían fuera de la ecuación en Vero: al no ser una plataforma gratuita, los anunciantes no son los que tienen el poder a través de la información.
Vero es, según ellos mismos, una “verdadera” red social. Una plataforma “auténtica” en la que, sencillamente, conectan personas. Pero en la que, indagando un poco más, también se encuentran elementos cuestionables.
Influencers: cuidado con Vero
La red social de la que algunos gurús han llegado a decir que destronará a Instagram tiene, sin embargo, una política algo arriesgada si aspira a captar a los influencers y todos los seguidores que arrastran. Uno de los motivos principales es que, pese a la supuesta mayor protección para la privacidad de los usuarios por el modelo de suscripción, las condiciones de uso indican que cualquier contenido publicado pasa a ser automáticamente, sin posibilidad de reclamación ni réplica, propiedad de Vero.
Este motivo, que ha llevado a muchas personas que viven de su imagen a pensarse dos veces si querían regalar todos sus derechos a un tercero, ha bajado el suflé en el que Vero se subió hace pocas semanas. No hay mayor elocuencia que la de los datos: Google Trends muestra cómo en España el nivel de búsquedas era mínimo, tuvo un pico de búsquedas enorme y, cuando bajó, apenas siguió su curso poco por encima de la primera etapa.
¿Se han cansado los usuarios de las redes sociales? Es complejo saberlo. Lo único seguro es que más de 2.000 millones de personas las usan con frecuencia en el mundo y que, si alguien quiere quitarle a Mark Zuckerberg el trono, el cetro y la corona, tendrá que escalar una montaña muy, muy alta.