La evolución de las técnicas de mercadotecnia, publicidad y ventas por parte de las empresas ha caminado durante las últimas décadas en paralelo a la evolución tecnológica. Cada avance iba unido a una nueva forma de vender: de los anuncios en prensa y radio se pasó a los spots de televisión; llegaron los banners en internet, el marketing digital y las redes sociales. Ahora, una nueva manera de entender la profesión llega para revolucionarlo todo en favor de la empresa: el marketing intelligence.
Más que un compendio de prácticas y herramientas, el marketing intelligence es una manera de ver las cosas. De hacer que ninguna decisión se tome al azar. Esta nueva vertiente de la mercadotecnia trae consigo una forma de trabajar que trata de influir positivamente en el paso más importante de la ejecución de cualquier tipo de estrategias en la empresa: la toma de decisiones.
Al marketing intelligence le subyacen conceptos que, desde hace algunos años, están en la primera línea de las profesiones más cotizadas por las agencias de comunicación y marketing: big data y data science. De una buena toma de información (big data) y, sobre todo, su correcto análisis y extracción de conclusiones (data science) puede derivarse una auténtica revolución en la manera de actuar de una empresa. Aglutinar en un departamento esa recolección de datos, su análisis y la posterior implementación en las técnicas de venta tiene un nombre: marketing intelligence.
Marketing intelligence: el I+D de las empresas del sector
Esta vertiente del marketing digital parte de premisas menos intangibles que las que se aplican en campos como el social media, el marketing de contenidos o el marketing con influencers. Conceptos como los valores de marca, los mensajes o el estilo quedan diluidos en un mar de datos en el que, sencillamente, pueden valorarse dos respuestas: una campaña funciona o no funciona.
Esa tecnificación que actúa como estratega a la hora de preparar campañas de marketing tiene un mayor recorrido cuanto más grande sea la empresa y más elevado su presupuesto: a mayor difusión, soportes y alcance, más datos podrán analizarse, más conclusiones extraerse y más decisiones afinar. En definitiva, el marketing intelligence busca influir en algunos elementos básicos para la supervivencia de las empresas:
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El análisis de los datos y sus conclusiones permiten minimizar los recursos desperdiciados: las inversiones se destinarán donde más rindan, el tiempo se dedicará a aquello que más lo requiera y se atacará a aquellos mercados con mayor aceptación para las empresas en cuestión.
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La toma de decisiones se optimiza: las intuiciones o corazonadas pueden servir, pero la elocuencia de los datos nos evitará lanzar una moneda al aire y que no salga el lado que nos conviene. Nada se deja al azar si la información que manejamos nos indica cuál es la solución más eficiente.
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Demografía sin secretos: ¿Mi producto funcionará mejor en hombres o en mujeres? ¿En qué segmentos de edad? ¿Tendrá mejor aceptación en zonas de costa? ¿En ciudades grandes? El ensayo-error y la recolección de datos de cada campaña permitirá al departamento de marketing afinar el tiro de cada mensaje lanzado.
Así, el marketing intelligence tiene un único fin: fallar menos. Con sus distintas herramientas y con toda la información manejada, las empresas pueden conocer mucho mejor a sus usuarios, de qué manera responden a cada tipo de estímulo y qué ofrecerles para conseguir la respuesta que más interesa.
Ser mejores ahorra dinero a la empresa
El marketing intelligence es importante sobre todo por una vertiente vital para el funcionamiento de una empresa: la económica. Conseguir apuntar a la audiencia adecuada y destinar los recursos precisos a cada acción implica ahorrar costes a la empresa. Esos datos, que en definitiva se convierten en conocimiento, suponen evitar desperdicios: ni inversiones en cosas que no van a funcionar ni gastos excesivos en algo por encima de las necesidades reales.
Puede ser preferible para cualquier empresa pagar el talento de los expertos en marketing intelligence (escasos en el mercado), pues a la larga hará que la empresa ahorre costes y, además, aproveche mejor las inversiones realizadas. Un doble beneficio que hace que el marketing digital dé un gran paso adelante en su profesionalización y la medición de resultados, así como en la especialización de los profesionales dedicados a este campo. Investigación y desarrollo al servicio del marketing.